Nada es lo que parece. La realidad es distinta dependiendo de la persona que la interpreta. A veces nos autoengañamos haciéndonos ver las cosas del modo que nos gustaría que fueran, sin darnos cuenta de que podrían ser muy distintas.
A menudo la realidad es tan dura que preferimos maquillarla para poder soportarla, pero antes o después nos mostrará su auténtica cara, e incluso llegado ese día, buscaremos mil excusas para no ser conscientes de ella. Supongo que es una manera de preservar la ilusión y la esperanza de que existe magia en este mundo frágil.
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