Cuántas veces las ramas de los árboles no nos permiten admirar el cielo que esconden tras ellas.
Cuántas veces nos centramos en detalles absurdos y no somos conscientes del encanto del conjunto.
Cuántas veces un mal día nos hace olvidar toda una vida repleta de felicidad.
En esos momentos se agradece tener a alguien a tu lado que te ayude a ver de nuevo la belleza de este mundo. Y cuando encuentres a ese alguien, no lo dejes escapar.
Me gustan mjucho tus trabajos.. Me quedo por aquí te invito a visitar mi blog.. Un saludo :)
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