o es el agua el que rodea cada uno de tus puntos cardinales.
Tratando de abrazarte, abarcarte,
de hacerte suya mientras te empuja con el oleaje a su propio terreno.
Pero tú eres fuerte como una roca
e imprevisible como un iceberg.
Pobre del que trate de amaestrarte
y ponerte alrededor del cuello un collar,
porque nadie te llevará por un sendero diferente
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