Dije que esperaría tu regreso. Prometiste regresar. Pero a mi mente solo regresan nuestros últimos pasos y veo cada vez más claro que no cumplirás tu palabra.
Siempre a la misma hora, observo atentamente el sendero por el que partiste, a través del ventanuco que cruzabas cada noche. Y espero durante los minutos que tarda el sol en lanzar el primer destello de la nueva madrugada, cuando el aire frío de la noche aún persiste y un delicado rocío envuelve cada superficie del exterior.
Entonces me despido de esa hora azul que inunda de tonos fríos el paisaje, dejando paso a los colores cálidos, que desvanecen un día más mi esperanza de volverte a ver.
Tú nunca volviste y yo no conseguí ser el mismo. El temido acto de hacerme mayor me arrolló, y se llevó con él todos tus cuentos y mis sueños. Siempre te recordaré, hada azul del alba.
Lindo pero triste 😞
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