Escribo entre líneas escondida bajo la sombra de un renglón. Resguardándome de la lluvia de sentimientos que en ocasiones me rodea. Y aunque no me puedas ver, existo tras el papel que ahora sostienen tus manos.
Sueño una historia cada noche que olvido al llegar la mañana y trato de recuperar su esencia aun con otra estructura y guion, no siempre mejor ni peor, solo distinta a la anterior. Versiono mis propias ideas, dotándolas de cuerpo, ritmo y entonación. Sin resultar guapas ni feas, solo diferentes a las ideas que tuvo mi otro yo.
Escribo para llegar a ti. Para que tus ojos vean los reflejos que cegaron mis ojos y tu boca saboree el dulce veneno que inundó mi boca. Desearía saber lo que cruza tu cabeza al leer estos delirios, los cuales forman parte de mi yo más mío. Ese que espera desnudo, sincero y vulnerable, abierto en canal ante vos, esperando tímidamente la sentencia de su lector.
Los sentimientos hechos palabras. Lo más bonito que se puede leer.
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