Eres torre de nuevos tiempos, sin piedras ni murallas, esbelta y espigada, con brillos y reflejos perfilando cada costado. No tratas de pasar desapercibida, sino que captas la atención del mundo, y te haces oír alto y fuerte.
Muchos te ven pero pocos te conocen, pocos saben lo que implica estar despierta las veinticuatro horas que tiene el día. Y aun así tú siempre impecable, siempre dispuesta y alerta.
Ahora descansa, yo me quedo vigilando que nadie te turbe, que no te molesten. Hoy seré tu baluarte, tu pequeño vigía. Cierra los ojos y duerme tranquila, yo te espanto los desvelos para que sueñes con tu mejor vida.
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