A veces te imagino como un cáncer que se extiende bajo la piel. Indómito y preciso, aprovechando cada recurso para hacerse más grande y fuerte, para estar presente en tantos sitios a la vez.
Pero entonces te observo de cerca y veo tu verde melena enroscarse sobre mis dedos en busca de una caricia furtiva. Y comprendo que ese intento de expansión es tan solo un modo de dar salida a tu soledad.
Pobre hiedra herida, sin saberlo tú y yo somos tan parecidas. Al menos me reconforta pensar que siempre tendremos compañía mientras la otra siga viva.
Me agujereas la petrea superficie, pero mi corazón seguirá latiendo soportando tu peso. Porque tu verde vitalidad de hiedra me alegra el alma y me hace florecer ❤️
ResponderEliminar