martes, 19 de noviembre de 2013

Desde el puerto

Todos son parecidos pero ninguno es igual. Puede que hayamos pasado miles de veces por ese puerto sin darnos cuenta de por qué es especial.
Yo nunca olvidaré el día en que descubrí la magia en uno de ellos. Las sensaciones que sentí todavía las tengo pegadas a mi piel. El primer contacto, ese olor a sal, la tranquilidad que se respiraba. Fué como si se hubiera detenido el tiempo, y el profundo silencio que nos envolvía era inmenso, tan inmenso como el propio mar.





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