domingo, 31 de julio de 2022

Secreto de confesión

Los muros que sostienen su estructura han escuchado las confesiones de tantas almas que deben mantener sus juntas bien prietas para evitar que los secretos se filtren entre los poros de las piedras que los dan forma.

Las impolutas vidrieras trabajadas a conciencia iluminan solo aquello que nos pueden mostrar, dirigiendo nuestra atención astutamente hacia los asuntos que no suponen conflicto. Compuestas por miles de cristales de color, meticulosamente diseñados y ensamblados, permiten que los rayos de luz nos hablen a través de su filtro cromático.

El sol los atraviesa tras pedir permiso, prudente y sumiso, entrando casi de puntillas mientras inunda de un aura solemne algunos rincones de la estancia, sumiendo en penumbra los detalles que no nos quieren revelar. 

Porque la historia está llena de secretos inconfesables, traiciones imperdonables y pecados intolerables, que nuestra sociedad comete una y otra vez transformando ese patrón en una respuesta consentida e inevitable para los individuos que la construyen.


viernes, 22 de julio de 2022

Ciudad de contrastes - Nueva York

La gran manzana, donde puedes encontrar infinidad de contrastes en un simple abrir y cerrar de ojos. Incluso puede que en el transcurso de ese parpadeo, la escena que dejes atrás no sea la misma que aparezca de nuevo ante tí. 

Una ciudad que nunca duerme, por lo que nunca se tiene que despertar, disponiendo de veinticuatro horas diarias para su constante evolución. Un crecimiento que no olvida lo que allí existía, sino que supone un añadido, sin tratar de disimular las abismales diferencias que se observan al superponerse sobre el anterior escenario. 

Emergen nuevos gigantes entre los erosionados veteranos como si éstos hubiesen menguado, derretidos por el sofocante calor estival. Las calles se convierten en lienzo sobre el que confluye una mezcolanza sin guión, donde su arquitectura es capaz de combinar colores, materiales e incluso reflejos, cada uno a distinta altura, que nos obligan a mirar hacia arriba para contemplar esa mixtura perpetuamente inacabada que define su identidad.


martes, 12 de julio de 2022

Once meses y quince mil días

Todos hemos escuchado alguna vez que la vida en pareja es una carrera de fondo. Ni siquiera durante los buenos momentos se puede cantar victoria, ya que en cuestión de segundos llega la tempestad amenazando con levantar por los aires hasta los más firmes cimientos.

Es imposible saber si las cosas buenas seguirán bien ni si las malas perdurarán en el tiempo. A veces vemos el camino con nitidez y con una dirección inequívoca pero esa seguridad puede emborronarse con un giro de los acontecimientos, haciéndonos replantear cosas que ayer eran más que claras, cristalinas. Porque todo camino de rosas puede marchitarse, cubriendo el sendero con miles de espinas que harán tan dura la marcha que estaremos tentados a tirar la toalla más de una vez.

Aun así, los hay que a pesar de las malas rachas consiguen seguir adelante, con los dedos entrelazados, en la misma dirección y marcando el mismo paso como si de un baile sincronizado se tratara. Pero sólo ellos saben cuánto han tenido que luchar y a qué han tenido que renunciar para llegar a ese punto de aceptación y consonancia. 

Y ahí siguen a flote once meses y quince mil días después, mano contra mano en su paseo de la tarde mientras superan cada tira y afloja del mejor modo que saben hacer, con una fortaleza entrenada a lo largo de sus 42 años. Rodeados de personas que los quieren profundamente, y que sólo pueden estar agradecidos por su lucha y sacrificio, por la constancia que ha permitido crear ésta familia, que lejos de ser perfecta, es la mejor que cada uno de nosotros hubiésemos podido desear.


viernes, 1 de julio de 2022

La curvatura del círculo

El círculo, esa figura perfecta en la que cada punto de su contorno es inicio a la vez que final. Capaz de estirarse para formar una elipse, o descarrilar de su trayectoria dibujando una espiral errante. Pero si sobre esa figura plana añadimos otra dimensión se transformaría en una esfera, con infinitos contornos entrelazándose entre sí, de modo que para rodearla no sólo hubiera un camino, sino un abanico de innumerables posibilidades.

En la vida no podemos retroceder al principio para decidir si disfrutar nuestros días del mismo modo a como lo hicimos la primera vez. No podemos elegir el inicio ni el final de nuestro camino, pero sí tenemos capacidad de decisión sobre algunos puntos intermedios. Quizás cambios mínimos, aparentemente insignificantes, pero que pueden marcar la diferencia entre cómo vivimos y cómo nos gustaría vivir.