miércoles, 25 de octubre de 2023

Hiedra que cubres mi piel

Hiedra que cubres mi piel, me invades una y otra vez, desnudando las telarañas de mi infinito desierto. Te podo al llegar el invierno pero renaces por primavera, cada año más fuerte, escapando de todo control.

A veces te imagino como un cáncer que se extiende bajo la piel. Indómito y preciso, aprovechando cada recurso para hacerse más grande y fuerte, para estar presente en tantos sitios a la vez.

Pero entonces te observo de cerca y veo tu verde melena enroscarse sobre mis dedos en busca de una caricia furtiva. Y comprendo que ese intento de expansión es tan solo un modo de dar salida a tu soledad.

Pobre hiedra herida, sin saberlo tú y yo somos tan parecidas. Al menos me reconforta pensar que siempre tendremos compañía mientras la otra siga viva.

lunes, 16 de octubre de 2023

Algo por lo que quedarte

Necesito saber si tienes
algo por lo que quedarte,
algo por lo que marcharte,
algo que dejar atrás.

En cada decisión que tomamos perdemos a la vez que ganamos, aunque no sepamos valorarlo y nos ciegue la cobardía de no intentarlo, de conformarnos sin saber que al no decidir también nos desprendemos de algo.

Porque nunca hallaremos si no buscamos, si no nos arriesgamos a perder a cambio de ganar, a ganar a cambio de perder, a la incertidumbre de no saber.

Y ahora te vuelvo a preguntar
si tienes algo por lo que quedarte
o prefieres virar tu rumbo
en busca de un nuevo despertar.
Decidas lo que decidas
nadie te deberá juzgar.

miércoles, 4 de octubre de 2023

Tras las forjas de palacio

Guardaste mis sueños tras las recias y hermosas forjas de palacio. Para que no se pierdan, para que nadie los dañe, para tenerlos siempre bien vigilados. 

Pero los años fueron pasando uno a uno, acompasados. Mientras yo me hacía mayor, mis sueños no crecían de mi mano, solo menguaban, haciéndose más y más pequeños e insignificantes a mi lado. Sin realidad que los alimentase, sin fantasía que los inspirara, se fueron marchitando sin remedio ni solución, quedando condenados, atrapados en un cuerpo ya sin fuerza ni vigor.

Ahora que apenas me resta un suspiro, que juego a los equilibrios con mi destino, veo lo equivocada que estuve al dejar que para protegerme, coartaras mi libertad. Ya que desde el espejo me observa una anciana con inocentes sueños de infante, sin tiempo para cambiarlos, cumplirlos o dejarlos volar. Y para qué queremos los sueños si no tratamos de hacerlos realidad.