lunes, 28 de febrero de 2022

Molinos de ayer, molinos de hoy

Erguidos sobre el horizonte, con grandes diferencias como diferentes somos todos. Achatado o prominente, regordete o estilizado, con distintas intenciones pero movidos por la misma fuerza.

Sus brazos bailan al compás de una canción sorda, entonada por el silbido del viento al recorrer sus extremos, que hace que sus cuchillas recorten el cielo en porciones iguales.

Siente el suave contoneo de sus aspas, girando en sentido contrario a las agujas del reloj. Intenta acompasar ese hipnótico ritmo con tus latidos, y puede que percibas cómo se detiene el tiempo.


sábado, 19 de febrero de 2022

Los puentes que nos unen

Un río nos separa, acostumbra tranquilo, bravo a fugaces instantes, pero nos condena distantes. El deseo de llegar a la otra orilla golpea palpitante en mi sien. Tan cerca y a la vez tan lejos.

"Respira, piensa, observa" - me digo. "De algún modo, siempre hay un camino para sortear los obstáculos".

El agua estalla, rompiéndose en mil pedazos, para caer rendida en un remolino a los pies de ese puente, que se alza imponente, silencioso, vigilante, testigo del paso de tantas almas que no alcanza a recordar. 

Para él solo seré uno más de tantos y tantos que caminarán sobre su asfalto, sus piedras, sus charcos. Uno más de tantos, pero cada historia diferente al llegar al otro lado, distintas razones, distintos destinos y cada cual con su final. Un desenlace solo al alcance de quien reúna el valor de cruzar al otro lado, y quizá así cambiarlo todo.

Puente Carlos - Praga
Puente de los Suspiros - Venecia
Pont Neuf - Toulouse
Ponte Pietra - Verona



martes, 8 de febrero de 2022

El cielo se abre

Hemera busca incansable la manera de retener entre sus manos un destello de luz, ese hilo de oro que vemos caer entre las nubes justo antes de iluminar todo aquello que toca. 

El cielo se abre, dejando entrever el fulgor del sol. Radiante, volátil, delicado, como si alguien lo hubiese dibujado oblicuamente sobre el paisaje. 

Hemera se estremece, al fin podrá sentir su fino tacto. Ella corre frenéticamente, hasta quedar sin aliento. Pero su entusiasmo se desvanece cuando descubre que aun siendo capaz de alcanzarlo, no logra poseerlo, acariciarlo, no consigue sostenerlo, desprovisto de peso y forma, solo caliente, aunque no suficiente para apaciguar su deseo.

Entonces comprende que ha consumido su fugaz existencia persiguiendo ese haz que era perfecto desde la lejanía, desvirtuándose a corta distancia. 

Apenas le restan unos segundos de vida mientras el ocaso se aproxima, susurrándole al oído: "Si tan solo hubieses observado tu propio reflejo serías consciente de que su luz es tu luz, igual de cegadora, igual de inalcanzable. Pero la avaricia ha nublado tu razón, impidiéndote observar el resplandor que ya poseías en tu interior. Ahora solo podrás sumergirte en mi oscuridad".