Las ciudades consumen nuestro tiempo. Nos obligan a vivir de manera frenética, impidiéndonos disfrutar de las maravillas que nos ofrecen. Debemos aprender a mirar a nuestro alrededor y contemplar aquello que emerge ante nuestros ojos. Buscar la belleza de lo simple, para poder comprender lo complejo. Simplificar nuestra vida, para poder saborear aquello que realmente nos llena.
son sobrecogedoras tus imagenes.. Un saludo
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