viernes, 14 de octubre de 2022

La promesa de un futuro mejor

Creció sano y sagaz en brazos de la labranza, siendo capaz de sentir la tierra quebrarse entre sus dedos e interpretar los versos que susurran los campos mecidos por el viento. Educado por y para la agronomía, con unos férreos valores hacia lo que nos da de comer cada día. Interminables generaciones han vertido sudor y lágrimas para dar al chico la oportunidad de prosperar, de ser grande y hacerse notar.

Emigró a la gran ciudad para estudiar, con pies ligeros y el corazón cargado de buenas intenciones, que alimentaban un único objetivo en su mente, devolver a estas tierras todo aquello que ellas ofrecieron durante lustros a  nuestros ancestros. Se marchó tras el ocaso, avanzando con paso firme hacia un futuro prometedor. Zarpó sin avisar y sin volver la vista atrás, con los anhelos y esperanzas de todos los lugareños bien doblados bajo el brazo.

Años más tarde regresó, caminando por el mismo sendero que lo vio partir. Alto y robusto, dejando atrás a ese chico tan delgado que rozaba la invisibilidad. Los callos de sus manos moldeados por el duro trabajo se habían suavizado dando lugar a otras marcas en su cuerpo, más propias de las horas dedicadas a las letras. El chico se había convertido en un hombre de bien, con estudios y terrenos propios, heredados tras el último suspiro de un familiar cercano. Haciendo acopio de valor, dejó a un lado su melancolía y arrancó al alba con su labor.

Durante toda la mañana y bajo la atónita mirada de los vecinos del lugar, desplegó gran cantidad de extraños artilugios a lo largo del sembrado. Varias sondas metálicas de distinta longitud ahondaban en la zona de cultivo a una profundidad perfectamente milimetrada mientras varias pantallas rodeadas de cables, interpretaban con diferentes colores todo aquello que el subsuelo relataba.

Los campesinos que lo habían visto crecer, comprendieron lo vital de su tarea, ya que monitorizando las necesidades del suelo, podrían dar a cada parcela el trato que requiriese. Al unísono alabaron su empeño por lograr de nuevo fruto en estas tierras ahora secas e infecundas, vislumbrando un rayo de luz en medio de una escasez que se está tornando infinita.

Este chico sí que ha sabido prosperar, ser grande y hacerse notar.

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