lunes, 3 de junio de 2024

Llueve en mis pupilas

Bajo la bóveda de un cielo rojo
la lluvia atraviesa mis pupilas
y dibuja senderos en mi rostro
que destiñen el color del corazón.

Entre las hojas de un otoño opaco
que no deja brillar el sol,
vago a ciegas buscando respuestas
y resuena el eco de mi propia voz.

Y sigue lloviendo,
y sigo llorando,
y sigo esperando
el azote del trovador.

No quedan palabras felices,
solo frases vacías y huecas
para aliviar la vasta culpa
que golpea en mi conciencia.

Pero el otoño acabará 
y el invierno se rendirá 
ante la bella primavera,
invocando las quimeras
que habían quedado atrás.

Seré certeza sobre duda,
margarita que se desnuda
en un jardín sin cercar,
quién sabe si con vistas a un mar
desde el que me pueda al fin perdonar.

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