miércoles, 27 de abril de 2022

El sol ya no cuenta las horas

El sol tiene prisa por llegar, o quizá sea por marchar, manteniéndose casi quieto, pendiendo sobre el horizonte sin tomar una clara trayectoria.

Ingrávido y ligero, flotando como un globo de helio, que contiene la respiración mientras la tensión abomba sus costuras.

Suspendido en ese instante de equilibrio en que el día puede dar un vuelco y en lugar de amanecer descienda hacia el ocaso y viceversa, sin importarle la hora que marque el reloj.



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