martes, 26 de marzo de 2024

Dolor sordo

Somos sensibles al dolor
de los cuerpos cerrados,
ese que atraviesa nuestra piel
y se queda rezagado
en posición de defensa
entre nuestros costados.

Pero olvidamos hábilmente 
el lejano sufrir del otro,
ese que no nos duele
ese que no nos pertenece
ese dolor que nace en cuerpo ajeno.

Y yo soy tan ajeno para ti,
tan ajeno para mundo que me rodea,
que me aprieta y me ahoga
entre las manos de cualquiera
cuya indiferencia se cuela
por los huecos de la conciencia.

Y me duelo por mí
y por todos mis compañeros,
pero por mí primero.
Porque ya nadie escucha
y nadie trata de escuchar,
sordos hurgando en la basura
que en sus ombligos ocultan.

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