lunes, 18 de febrero de 2013

Un año después - Salamanca

¡Qué caprichoso es el tiempo! En ocasiones parece que se detiene y otras veces da la sensación de que corre a una velocidad frenética. Y antes de que te des cuenta ahí estás, un año después.
Hay cosas que parecen perdurar ajenas al paso del tiempo, por ejemplo las joyas arquitectónicas, como la catedral de Salamanca. Imponente, ahora y siempre.
Sin embargo, en nuestra vida hay millones de situaciones que empiezan y terminan, quedando guardadas en nuestra memoria como tímidos reflejos, a riesgo de modificarse o incluso llegar a perderse. Suerte (o desgracia) que algunos recuerdos nunca se olvidan.




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