martes, 27 de diciembre de 2022

Soledades compartidas

Es fácil disfrutar de la soledad cuando sabes que hay alguien esperando al final. Pero cada día son más las personas que no encontrarán a nadie al regresar. Me entristece pensar que no tendrán con quién compartir ese viaje que hicieron, que les hizo estar tan cerca de ellos mismos y tan lejos de todo lo demás. 

Quizá esa sea una sensación demasiado cotidiana para ellos como para imprimirle suficiente importancia, habituados a conversar con su yo interior, con quien solo discuten en los momentos estrictamente necesarios. 

Tal vez ellos a su vez se sientan apenados por la situación de los otros, los acompañados, que se esfuerzan en realizar malabarismos sobre la cuerda floja para encontrar un momento de genuina soledad.

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